MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ

MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ
FIRMANDO AUTOGRAFOS

miércoles, 20 de enero de 2010

LECCION VIII

LECCION OCTAVA
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LA ARMONIA DE LAS FRASES.
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Así como las palabras según sus sonidos y sus combinaciones producen una armonía que anima el estilo, también las construcciones de las frases , produce una armonía general que domina el estilo y le da su cadencia, su modo definitivo.

Una frase tiene cadencia cuando está construida y se desarrolla en un ritmo amplio, según las exigencias de la respiración.

Un periodo es una frase dividida en varios miembros ( los que pueden subdividirse en frases e incidentes ) , y cuyo sentido completo está suspendido hasta el último y perfecto descanso.

La construcción de las frases es el SECRETO del arte de escribir. Como hay una infinidad de maneras de construir las frases, y eso depende de los giros de espíritu personales, sería muy difícil dar consejos detallados. Tenemos, pues, que limitarnos a señalar algunos principios generales que expliquen la mayoría de los casos.

Cualquiera que sea el asunto que se trate, no hay que creerse obligado a escribir largos periodos. Tampoco debe adoptarse como norma un estilo de frases largas ni un estilo de frases cortas. Sólo la mezcla es la que produce la variedad.

Es muy agradable descansar el espíritu en frases breves, después de haber leído frases majestuosas.

Sin embargo, un estilo amplio y sostenido será siempre más agradable, mas elevado, mas apreciado que un estilo corto de aliento.

El período constituye el mecanismo más sabio del arte de escribir. Es como un tronco de caballos; el que los guía no debe perder las riendas de ninguno de ellos, debe hacerlo siempre en línea recta hacia el destino prefijado, mantener los incisos rebeldes, alinear bien sus regímenes, conservar la claridad y la lógica, prodigando las imágenes a través de los estorbos del camino.

No hay gran utilidad en explicar las diversas formas que puede tomar un período. Es bueno, sin embargo, que el lector, que las conoce tan bien como nosotros, tenga ante sus ojos algunos ejemplos de períodos, con ayuda de los cuales podrá controlar el alcance de nuestros consejos.



PERIODO DE DOS MIEMBROS SIN INCISOS.
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Cualquiera que sea la indiferencia de nuestro siglo por los talentos que lo honran - hacen, al menos, justicia a los que ya no existen ( Thomas ).

Se podría agregar un inciso a cada uno de los dos miembros de ese período sencillo, y resultaría un periodo de dos miembros con inciso.

Como se ve, puede aumentarse cada miembro con uno o dos incisos.

PERIODO DE DOS MIEMBROS CON INCISOS.
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El que reina en los cielos, y de quien dependen todos los imperios, y a quien solamente pertenecen la gloria, la majestad y la independencia , es también el único que se glorifica de hacer a los reyes y de darles, cuando le place, grandes y terribles lecciones ( Bossuet ).

PERIODO DE TRES MIEMBROS.
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Si la equidad reinara en el corazón de los hombres; si la verdad y la virtud les fueran mas queridas que los placeres, la fortuna y los honores, nada podría alterar su dicha ( Masillón ).

Lo que da encanto y brillo a un periodo, es la marcha progresiva de las palabras y las ideas.

PERIODO DE CUATRO MIEMBROS.
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Que un padre os haya amado es un sentimiento que inspira la naturaleza; pero que un padre tan ilustrado os haya demostrado esa confianza hasta el último suspiro es el testimonio más hermoso que vuestra virtud poda alcanzar ( Bossuet ).

Hay frases largas que no por eso son períodos, sino solamente , frases enumerativas:

Veréis en una sola vida todos los extremos de las cosas humanas; la felicidad sin límites lo mismo que las miserias; una larga y apacible posesión de una de las más nobles coronas del universo; todo lo más glorioso que pueden dar él nacimiento y la grandeza acumulada sobre una sola pieza, que después se ve expuesta a todos los ultrajes de la fortuna, etc. ( Bossuet ).

La primera condición para escribir una frase, cualquiera que sea su extensión, es la de observar bien la lógica, el equilibrio y la proporción.

La lógica: Es necesario construir la frase según el orden natural de los pensamientos y de las reglas gramaticales: el sujeto, el verbo y el atributo o complemento.

No se dirá, por ejemplo: Dios ha dado a todas las criaturas humanas, su gracia, sino: Dios ha dado su gracia a todas las criaturas humanas. ( el sujeto primero, luego el predicado )

Tampoco debe decirse: Esa prueba ha parecido a todos los filósofos insuficiente , sino: Esa prueba ha parecido insuficiente a todos los filósofos.

Esos complementos estaban demasiado lejos del verbo que lo regía; defecto de lógica que es también, un defecto de armonía. La prueba está en que, alargando el miembro de frase censurado, se puede emplear el mismo giro, que dejará, entonces, de ser defectuoso; por ejemplo:

Dios ha dado a todas las criaturas humanas su gracia divina y fortificante, esa gracia, en lo que es pródigo, etc.

Esa prueba ha parecido a todos los filósofos insuficiente y mal presentada.

La falta de arreglo y de lógica produce un estilo mutilado que puede notarse en la siguiente frase de un autor contemporáneo:

Estaba atacado por una de esas fiebres terribles, las que es necesario, para darse cuenta de su violencia extraordinaria, haber tenido uno mismo.

Véase esa frase de Port Royal describiendo una procesión de niñas:

Estaban más brillantes de caridad que los cirios que llevaban en las manos.

Se creería que un cirio puede ser brillante de caridad. Construyendo mejor esa frase habría podido decirse sin anfibología ( doble sentido, cláusula o manera de hablar a la que puede darse más de un sentido ):

La caridad daba a sus caras más brillo que él del cirio que llevaban en sus manos.

El equilibrio: La proporción entre los miembros de frases es lo que forma el equilibrio y la armonía de un periodo. Es necesario que los incisos o las proporciones principales sean entre sí, aproximadamente, de una extensión igual y que la frase termine con sonoridad.
En otros términos: es necesario que la construcción sostenga la voz sin fatigarla; que haya de distancia en distancia pausas de sílabas, con bastante variedad en la cadencia para evitar la monotonía de estructura; en fin, que todo se presente sin inconveniente para la claridad de la concisión.
Bossuet ha llevado al grado supremo ese don admirable, tanto en sus frases sencillas como en sus períodos complicados.

Para obtener la armonía, no hay mejor regla que el consejo que da A. Henry en su " Curso de Literatura":

Trátase de que el sonido se sostenga, o mejor, que vaya creciendo hasta el fin de la frase y que esta termine con los miembros más extensos y con las palabras más sonoras.

Es preciso, en otros términos que la melodía vaya creciendo y ensanchándose, como en este ejemplo:

¿ Quién corresponde llegar a los corazones, sino a la verdad ? .

Ella es la que se aparecerá a todos los corazones rebeldes en el último día. , hasta en el fondo del abismo la encontrarán; espectáculo horrible a sus ojos; pero insoportable para sus conciencias ; llama siempre devorante en sus entrañas. ( Bossuet ).

" Que no haya nada duro ni brusco en la caída del período ha dicho Quintiliano ahí es donde el espíritu respira y descansa; es la pausa del discurso".

La mayoría de los escritores de nuestra época han perdido el gusto por la bellas construcciones clásicas, sabias fórmulas de la frase bien hecha. Abusan de los incisos de una manera deplorable. En vez de cuidar la arquitectura de una frase, como Flaubert ha sido uno de los últimos en hacerlo, con una conciencia a la que la critica debe hacer justicia, prefieren hacer desfilar los incisos de modo que las frases están recargadas de palabras y resultan largas sin estar equilibradas. Tienen un defecto de proporción y una falta de lógica a las que cuesta acostumbrarse cuando se lee con frecuencia a los grandes escritores clásicos. Se afecta desdeñar la forma para no ocuparse más que de la sensación. Los Goncourt, sobre todo, han sido los más audaces desarticuladores del antiguo estilo; todo lo han triturado.

El estilo actual, hablando en términos generales, es el resultado de la evolución del arte de escribir desde hace tres siglos. Por otra parte, cada uno escribe como puede y como quiere, puesto que el estilo es la expresión individual del pensamiento.

Sin embargo, en un TALLER a DISTANCIA como el nuestro, en un conjunto de teorías y de demostraciones es preciso aconsejar ir a la fuente, a la unidad, a la tradición de la lengua, a los procedimientos lógicos y clásicos del verdadero gran arte de escribir.

En resumen: la proporción, el equilibrio y la lógica son los que determinan a priori, la armonía de una frase, y cuidado, sobre todo, los finales es como se obtendrá el efecto musical completo.

Si en un primer miembro se han puesto dos o tres adjetivos, es necesario poner, igualmente, dos o tres en el segundo. Si no se hace así, el estilo tiene algo de aventurado, de indeterminado.

Cuando se quiere balancear el equilibrio de las palabras existe el peligro de agregar palabras inútiles o inexpresivas. Ese es el peor defecto, pues vale más ser disonante, que huero ( vacío - podrido ) o vulgar.

Los miembros de frases, el número de los verbos o de los adjetivos deben siempre responder y corresponderse, y los finales de las frases deben terminar musicalmente.

También hay que evitar las disgresiones y los paréntesis - ( ) -. Por digresiones entiendo las desviaciones que puede tomar una idea principal pasando demasiado brusca –mente de un objeto a otro.

Una frase es un pensamiento principal. Para ser fiel al sentido, a la lógica, a la armonía, es necesario que los accesorios no la disminuyan y no la hagan perder de vista.

Los paréntesis - ( ) - perjudican igualmente a la armonía de las construcciones. ( pueden usarse, si, como recordatorio )
Sobre todo, no se agregue nada a las frases cuando han terminado, como en este ejemplo dado por Blair:

Ciertos espíritus presuntuosos conservan tan groseramente la poesía antigua, para darle la preferencia a la poesía moderna, que no se puede leer ni el elogio de una ni la critica de la otra sin indignación, sentimiento que nada hace experimentar más vivamente que la suficiencia.

Este último miembro esta colocado para redondear la frase; en realidad, es inútil, pues no agrega nada.

Hay un segundo género de armonía propio de los escritores que no la buscan precisamente en las palabras y en la fisonomía de ellas. Esa armonía es el resultado único de la cohesión.

En general, cuando no se puede suprimir una palabra de una frase y estas están estrechamente ajustadas, el estilo resulta armonioso por la única fuerza de la concisión.

Así escribieron Montequieu, La Bruyere y Pascal.

La armonía forma parte del gusto de escribir.

No es una cosa absoluta y matemática. El arreglo, la ordenación de los sonidos se hace a medida que se escribe, la elección de las palabras majestuosas o musicales se produce instintivamente. El don de la armonía viene a medida que sé va teniendo cuidado y se relee. la cadencia de una frase es asunto de construcción.

Para juzgar si se ha obtenido el equilibrio musical hay que leer en voz alta lo que se ha escrito. Entonces , se verá si la respiración es fácil y el oído queda satisfecho.

Es necesario tener presente que la armonía es una cualidad sólo cuando se la asocia a las demás cualidades del estilo.

Debemos desear la armonía, debemos buscarla, cultivarla, pero nunca a expensas de la vida de lo que escribimos, del relieve, de la observación, de la originalidad.

Debe ser una cualidad, digámoslo así, de complemento. Hay que colocar ante ella el valor de la idea y la cualidad de las palabras.

TAREA: Sugerimos a los autores cuya lectura será más provechosa ,a ese respecto, como: Chateaubriand, Bossuet,Buffon y Flaubert, obviamente que traducciones en castellano.-

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