MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ

MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ
FIRMANDO AUTOGRAFOS

miércoles, 20 de enero de 2010

LECCION XV

LECCION DECIMOQUINTA.

LA OBSERVACION DIRECTA.
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Es la copia tomada sobre el terreno, con el lápiz en la mano. Tenemos que pintar un paisaje, un río, una puesta de sol, un sitio cualquiera. Pues vamos allá y tomemos notas; pero no solamente notas fotográficas, la vista de las cosas y los colores, sino también la impresión que sentimos , nuestra melancolía, nuestro estado de alma. Mucho valen la elocuencia, la intensidad de una cosa vista y anotada sobre el terreno, pero, vueltos a casa, recopilemos y ordenemos las notas, y demos al croquis su significación total, sintética, general.

El mismo procedimiento debemos emplear para un personaje, una figura, un carácter. Se le compone recogiendo los rasgos que se oyen, que se sorprenden que se ven.

Los detalles que debemos preferir dependen de nuestro carácter y de la sensación que queremos dar.

La mejor descripción no es la que incluye más cosas, sino la que da la sensación más fuerte. No se trata de acumular detalles; se trata de dar los más salientes, los más enérgicos, los más definitivos. La intensidad está en la calidad y en la elección de lo que se dice. Hay que elegir los rasgos en relieve que sean de una observación interesante, inesperada, que formen imagen y cuadro, y que muestren lo más verdadero y menos notado, lo más visible y lo más sorprendente.

Hay dos clases de descripciones : la que condensa las cosas y se contenta con decir poco y elige los detalles más fuertes, al modo de Homero, y la que se acumula, junta, multiplica, desarrolla y amontona. Esta es a la que se ajustan los procedimientos de los líricos, de los imaginativos : Víctor Hugo , Teófilo Gautier, Barbey D´ Aurevilly, Emilio Zola, etc.

La condensación y la sencillez producen más efecto que las amplificaciones sistemáticas .

Cuando Turgueneff, el escritor ruso que ha hecho tan admirables descripciones, para expresar la inamovilidad de la muerte nos describe el cadáver expuesto sobre la cama, los ojos entreabiertos, " con una mosca que se pasea entre sus pestañas", se siente una sensación de la muerte tan profunda como si hubiera empleado una página entera en describirla.

En una palabra, el arte de escribir consiste en la elección de ciertos detalles sorprendentes, en ciertas ideas escogidas y en relieve.

No hay que buscar muchas, pero es preciso querer las fuertes, y para que sean fuertes, no bastan con que sean observadas : Hay que tratar de reforzarlas dándoles valor, aislándolas, empujándolas, dándoles realce.

Una idea mediana, una sensación común puede causar grandes efectos cuando se sabe subrayar.

En Homero es donde hay que estudiar ese arte de preparar el relieve.

RESUMAMOS :

Para escribir bien es necesario hacer vivir, pintar en relieve, con la realidad. Para lograr eso, es preciso observar bien, y para observar bien se debe copiar del natural, sobre el terreno.

La observación directa es el primer género de la observación.

TRABAJO: REFIÉRASE A LA SINTAXIS Y A LOS ELEMENTOS
DE LA ORACION.

No menos de 10.000 dígitos.

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