MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ

MARIO A. DE LA FUENTE FERNANDEZ
FIRMANDO AUTOGRAFOS

miércoles, 20 de enero de 2010

LECCION XIV

LECCION DECIMOCUARTA.
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DE LA DESCRIPCION.
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El arte de describir constituye hasta cierto punto el fondo mismo de la literatura. Todo hombre que escribe algo que no sea filosofa debe ser pintor y artista; es decir, debe tener un talento descriptivo personal.

La descripción es la pintura animada de los objetos.
No enumera, hace más que indicar: pinta. No se contenta con caracterizar lo que ve; lo enseña a los ojos, traza el cuadro. La descripción de un cuadro que hace visible las cosas materiales. En una palabra, el objeto de la descripción es el de dar la ilusión de la vida. Su razón de ser, su esfuerzo, su ambición son los de hacer vivir, presentar vivos, materiales y tangibles, los detalles, las situaciones, los seres, todo lo que es físico , principalmente la naturaleza. Aquí es la imaginación, sobre todo, lo que esté en juego, cierta fuerza de resurrección que evoca lo que se ha visto , o que crea lo que no existe.
La descripción es la piedra de toque ( no de tope ) del talento. Ella es la que distingue los buenos de los malos escritores. En algunos autores, por más que se acumulen los detalles y embellezcan sus frases, no se ve nada, se leen palabras , pero sin la menor emoción. Otros, en cambio, con algunos rasgos nada más, son evocadores admirables . Es que estos saben y aquellos no saben escribir.

Se puede saber escribir y no saber describir.

Hay buenos escritores que no son descriptivos, y por lado otros que son únicamente descriptivos.

La descripción debe ser viva. Es su esencia.

Como es el arte de animar los objetos inanimados, la descripción es casi siempre una pintura material, una visión que ofrece, una sensación que se impone, sea paisaje o retrato.

Dejaremos a un lado los consejos y las consideraciones superfluas de los manuales de literatura, y diremos que la descripción propiamente dicha, y el retrato, que es una especie de descripción reducida y de cualidad particular.

El objeto de la descripción consiste en dar la ilusión de la vida por la imagen sensible y el detalle material.

Cuanto más relieve tengan los trazos, mejor se verá; cuanto más nos acercamos a la naturaleza verdadera, más viva será nuestra descripción.

Dar la apariencia de la realidad a una cosa ficticia es colocar ante nuestros ojos la visión misma de la naturaleza y suplirla por la evocación, hacerla palpable y tangible.

Este punto es sumamente importante. Ningún manual, ninguna enseñanza dice por qué una descripción es buena y por qué es mala.

Sepámoslo de una vez por todas y no lo olvidemos , pues ahí están todas las obras maestras descriptivas, desde Homero, para atestiguar esta verdad:

Una descripción es buena cuando es viva, y no es viva más que con la condición de ser real, visible, material, ilusionante .

La realidad y el relieve son dos cualidades principales, necesarias, dominantes, de la descripción.

"Pero se me dirá : ¿ es la descripción realista a lo que usted se refiere ?".

Y contesto : No hay más descripción que la descripción realista bien entendida.

Al realismo como etiqueta de escuela se le puede recusar si representa las reivindicaciones de un procedimiento sobre otro, la verdad es un exceso, el monopolio de la fealdad, el propósito de no enseñar más que lo que es bajo, violento ,repulsivo, desalentador. Entonces, es tan falso como la escuela opuesta, la que no quería pintar más que lo romántico, lo convencional lo ficticio, lo bello hasta el extremo, el heroísmo sin mezcla, lo que es irreal, lo que no está en la naturaleza, lo quimérico, lo no observado.

El verdadero realismo, el de los maestros, desde Homero, no es más que la preocupación de interpretar lo verdadero por lo bello, la voluntad imparcial del pintar lo bueno y lo honesto como cosas tan reales como lo feo y lo malo. Ese es realismo, que sabe ver los dos lados de la verdad, el lado real y el lado moral, debe ser considerado como el objeto mismo del arte de escribir y la base eterna de las literaturas. Esta confusión es la que ocasiona tantos mal entendidos.

Este noble realismo, objeto del arte, podría definirse así : Un método de escribir consistente en dar la ilusión de la vida verdadera, con la ayuda de la observación moral y plástica.

No ver de la vida y de las cosas más que el lado desagradable o feo es reducir el arte, es falsear la realidad misma que tiene motivos agradables y bellos, es caer en lo ficticio y lo convencional. El realismo es un procedimiento por el cual deben tratarse según la realidad y conforme a la realidad las cosas que se quieren pintar, sean las que fueren.

La descripción, sobre todo, debe ser real, viva, verdadera, material y en relieve. Para eso es necesario, dentro de lo posible, hacerla del natural, para abreviar, es preciso copiar.

Ya hemos dicho que para pintar un carácter se debe buscar el original entre los conocidos. En materia de descripción, sobre todo, es preciso copiar la naturaleza.

Se trata de pintar un paisaje. Si lo hemos visto, si lo tenemos presente en la memoria, eso puede bastar; pero si no lo hemos visto, debemos ir a verlo describirlo sobre el terreno , notar lo que nos llama la atención, la evocación, el tono, la sensación, los detalles.

Tendremos que hacerlo todo del natural. La imaginación no es más que una memoria evocadora.

No faltará quien diga : "NO, el arte no es una copia, la descripción no es una simple fotografía. Si no se elige lo que hay que decir, si no se transforma , si no se transfiguran las cosas a través de nuestra sensibilidad el cuadro será inexpresivo y carecerá de ideal. El arte es, ante todo, una interpretación".

Hay una confusión de ideas. Póngase cualquiera ante un paisaje y descríbalo. Es posible que haga pura y brusca fotografía. Su imaginación es un lente involuntario a través del cual no puede pasar la cosa vista sin transformarse, sin ser interpretada, sintetizada, aumentada o reducida, embellecida, entristecida, comentada o presentada. El cerebro humano no es una aparato fotográfico y, aunque quiera, nunca hará fotografía. Al copiar la naturaleza, no debe preocuparnos la falta de interpretación, pues se producir por sí sola y con tanta mayor seguridad cuanto mejor hayamos sentido el asunto.

Para sentir bien , hay que vivir, hay que ver. Cuando una descripción no resucita materialmente las cosas es que no ha sido visto, o que el artista no ha sabido ver. No se tema hacer sólo un parecido. Es imposible, porque el alma humana mira con su unidad, es decir, con su sensibilidad , su imaginación y su pensamiento.

¿ No hacen lo mismo los pintores con su paleta y sus pinceles ? . ¿ Han desmerecido algo Velázquez y Van Dick por haber hecho retratos ? . Lo que más nos admira en sus telases , precisamente, ese parecido que se sospecha.

El valor de las buenas descripciones está en ese sentido de la verdad, de la realidad, de la vida observada del natural y ofrecida tal cual es.

Todas las bellas descripciones en relieve recuerdan a Homero. Los grandes pintores literatos, cualquiera sea su escuela y sus procedimientos, tiene algo de Homero.

Insistimos una vez , más en la necesidad de hacer las cosas en relieve, crudamente, con brutalidad, porque si bien, autores realistas, como Zola, Goncourt, Flaubert, han abusado de eso, puede decirse que es lo que más falta a los que empiezan en el arte de escribir, a los jóvenes que prueban su talento, a todos los que están atados de perífrasis, prisioneros de la retórica del colegio, vacilantes aun en el estilo, sin movimiento y sin audacia.

Para escribir bien, es decir, para dar la sensación de la naturaleza, hay que pintar del natural.:

Hay dos modos de pintar del natural :

a.- Por la observación directa.

b.- Por la observación indirecta.






TRABAJO : REFIÉRASE AL PUENTE MAS CERCANO A SU DOMICILIO.
REFIÉRASE AL "LONDON TOWER BRIDGE y . . . ……………..RELACIÓNELOS.


No menos de 5.000 dígitos.

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